Cada 15 de agosto los católicos celebramos la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos. El Papa Pío XII proclamó este dogma en la Constitución Munificentissimus Deus el uno de noviembre de 1.950.
<Ya abuya na cielo un grande señal: Un Mujer quien ta visti con el sol como su camisa; parao le na luna, y na su cabeza tiene un corona de doce maga estrellas.> Apocalipsis de San Juan 12;1, en Chabacano de Zamboanga.
Revista ECOS de la Congregación del Niño Jesús de Praga y del Colegio de San Beda. Manila, Agosto de 1.918. Año III, Núm., 32.
Numerosos han sido los poetas filipinos que han cantado a la Virgen María, un jovencísimo Rizal escribía este soneto hacia 1.880.
¡María, dulce paz, caro consuelo!
De afligido mortal eres la fuente
Do mana de socorro la corriente,
Que sin cesar fecunda nuestro suelo.
Desde tu solio, desde el alto cielo,
Oye piadosa mi clamor doliente
Y cobije tu mano refulgente
Mi voz que sube con veloce vuelo.
Eres mi Madre, plácida María;
Tú mi vida serás, mi fortaleza;
Tú en este fiero mar serás mi guía.
Si el vicio me persigue con fiereza,
Si la muerte me acosa en la agonía,
¡Socórreme, y disipa mi tristeza!
En 1.964 Emeterio Barcelón y Barceló-Soriano publica junto a Francisco Zaragoza y Carrillo, "RIMAS FILIPINAS", uno de los poemas lleva por título La Virgen Llora.
En mis calladas noches de hondo duelo,
Ella es iris que calma
las tormentas de mi alma,
anegándola en lluvias de consuelo,
¡Con qué cariño escucha mis penillas
cuando yo se las cuento,
postrado de rodillas!
Un día ví rodar por sus mejillas,
delatando imprudentes su tormento,
dos nacarinas perlas...
¡Qué pena me dio el verlas!
Ingrato corazón,
a la Virgen consuela en su quebranto,
pues eres su amargura y aflicción,
la fuente de su llanto.
Diez años antes Adelina Gurrea Monasterio publica "A lo largo del camino", libro de poemas impreso en Madrid en el que aparece Gratiae Plena, a María mediadora de todas las gracias.
¿Dónde está la voz mía que te puede cantar
si eres llena de gracia y de gracias rebosas?
¿Dónde están las espumas gráciles de mi mar,
y dónde los aromas y el color de mis rosas?
¿Dónde la luna llena asomada a mis cielos,
fosforesciendo el parque de mi vida interior...
y la candente mística y los férvidos vuelos
en la áurea canción de mi mejor amor?
¿Dónde el nardo y el lirio de mi aurora infantil
y el azahar y los tules de mi marcha nupcial,
y los sueños, y los sueños de mis meses de Abril
y las rosas dormidas de mi blanco rosal?
Si en la gracia naciste y de gracias rebosas
y raro prodigio de lección eres flor,
¡cómo voy a cantar aun teniendo esas cosas,
la canción inmortal que quisiera mi amor!
Bajo el piélago inmenso de la maternidad,
Hijo tuyo es un Dios, Hijo tuyo es el Hombre
y palpita en tu carne la divina verdad
de ser Madre y ser virgen:¡el milagro sin nombre!
Si tu cuerpo inmortal no sufrió la condena
de la disgregación y fué vivo en la muerte,
y tu ánfora eterna de rebosos fué llena
porque Madre de Dios, nuestro dios quiso hacerte;
Si eres toda sin mácula y tus manos divinas,
en el dulce milagro de los pétalos rosa
deshojaron mil flores sobre mi Filipinas
para hacerla más buena, más leal, más hermosa.
¿Cómo voy a cantarte? ¿Con qué voz, con qué acento?
¿Qué clamor de campanas, qué clarín de victoria
llenaría los ámbitos y en la escala del viento
llevaría a los astros el pregón de tu gloria?
Yo me postro ante Tí, con mi cruz y mi carga
a implorarte el perdón de mis culpas, Señora.
No me dejes muy sola en la noche tan larga...
Pon tu mano en la mía cuando llegue la hora...
Y gracias a la Colección Oriente dirigida por Andrea Gallo se publica en el año 2.009 el trabajo de Daisy López titulado, "En la línea del horizonte" . El epílogo lleva por título Stella Maris Orientis y su última estrofa dice:
Estrella del mar del Oriente...¡oh Reina!
Al ascender mis labios que hoy te postro
renueve estribillos mi loa antigua.
SANTA MARÍA .- RUEGA POR NOSOTROS
"An Áncora sa Salvación" na binicol ni D., Teodosio Homillano.
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