Casa filipina de la época hispana adornada con el típico parol navideño. NAVIDAD PUEBLERINA. Ha lazado en la calle una orquesta de bojos Una música indígena langorosa y extraña, Y a su estruendo la virgen ha entreabierto los ojos Sobre el ara olorosa de su lecho de caña. Es la luna dorando las eras provincianas Cuando las gumamelas abren su rojo broche Bajo el himno de gloria que cantan las campanas Y el cántico del gallo, poeta de la noche. La "dalaga", vestal de los ritos más bellos, Ha encendido su lámpara de fulgor nacarado; De su frente ha apartado su nube de cabellos Y ha comenzado, a prisa, su virginal tocado. Las nipas, temblorosas, le han dicho sus saludos: -Buenas noches, sampanga; buenas noches, tesoro;- Cuando sobre el "sahig" sus leves pies desnudos