D-. Manuel Araullo y González, nació en Balayan, Batangas el uno de enero de 1.853 y falleció en Manila el veintiséis de julio de 1.924.
Del libro de D., Manuel Artigas y Cuerva, "Galería de filipinos ilustres", entresacamos los siguientes datos biográficos del Sr., Araullo. Estudió en Manila, primera enseñanza en el Ateneo Municipal, segunda enseñanza en el Colegio de San Juan de Letrán, y se licenció en Derecho por la Universidad de Santo Tomás. Viajó a Europa, y en Madrid se doctoró por la Universidad Central en 1.878, siendo el primer filipino que lo hacía. Socio del Ateneo Científico y Literario de la capital; además, miembro de número de la Academia de Legislación y Jurisprudencia desde 1.877. A su vuelta a Manila en 1.879 es nombrado relator de la Real Audiencia; en 1.890 abogado fiscal de la Audiencia Territorial de Cebú; en 1.892 profesor de la Universidad de Santo Tomás; en 1.899 presidente de Sala de la Corte Suprema durante dos años; se le traslada al juzgado de Primera Instancia de Pampanga y en 1.903 al de Manila donde primero estuvo destinado en la Sala de lo Civil y después en la de lo Criminal. Y cuando el periódico < El Renacimiento se hizo eco el siete de junio de 1.905 de los hechos que se desarrollaron en la provincia de Kawit relativos a la reconcentración en Bakoor, de los vecinos barrios de San Nicolás y Ligás.> Se presentó querella contra Fernando María Guerrero y Lope K. Santos, directores de El Renacimiento y de Muling Pagsilang, por parte del coronel Baker de la Constabularía <con propósito de difamarle, atacar su honra, virtud y reputación, y exponerle al odio y desprecio del público>. Ambos fueron absueltos, por el magistrado Araullo, así como el Sr., Martín Ocampo como administrador del periódico el doce de marzo de 1.906.
En 1.913 fue nombrado juez de la Corte Suprema y el uno de noviembre de 1.921, sucedió a D., Victorino Mapa como presidente del Tribunal Supremo de Filipinas.
El mismo día del fallecimiento de D., Manuel Araullo y González, aparecía el artículo escrito por D., Filemón Sotto titulado "THEMIS ESTÁ DE LUTO", en el periódico La Revolución, que dice así:
<La muerte del Presidente Araullo, aunque se la veía venir desde hace días, no por eso ha de ser menos dolorosa y lamentada por todos. Hombre bien equilibrado, con inmaculadas bases morales y dotado de excepcional dominio de las ciencias jurídicos, con propiedad puede decirse de él que fué recto y justiciero. En sus venerables manos, la vara de Themis no podía correr riesgo alguno de ser doblegada; ni la amenaza del fuerte, ni los ruegos del débil podía torcer su claro y bien fundado criterio; la balanza de la Justicia permanecía constantemente en su fiel.En más de una ocasión, siendo todavía Juez de Primera Instancia, y en épocas en que la inamovilidad judicial no estaba de ningún modo garantida, intereses superiores, pero bastardos, requirieron veladamente un fallo condenatorio para cierto popular é inolvidable periódico: "El Renacimiento". Pero Araullo, encastillado en los cánones de la Justicia y aplicando la ley con rectitud y decisión, prescindió de toda otra cualquiera consideración extraña y falló aquel resonante pleito, según le dictaba la razón y su conciencia: Absolviendo al acusado. Verdad es que con aquella sentencia atrajo para sí los odios del poderoso, pero en cambio se ganó la admiración de todas las conciencias justas y honradas.
Sobre la tumba del malogrado Magistrado sobrarán todos los epitafios que el cariño y la elocuencia pudieran trazar. Para hallarla y reconocerla, bastarán estas palabras: ARAULLO, EL JUSTICIERO.
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